Papeles
volantes
Foto:
Machado de Assis Cuentos
y crónicas de
Cristiane
Grando
Año
1, no
1, 2.ed. Santo Domingo, abril de 2012. Revisión: Carlos Patiño.
Papeles
volantes
hace referencia a Papéis
avulsos
como un homenaje a
Machado
de Assis (Río de Janeiro, 1839-1908), considerado como el mayor
nombre de la literatura brasileña, autor de Dom
Casmurro
y Memórias
Póstumas de Brás Cubas,
entre otros.
“Volantes
son estos textos, pero no vinieron acá como pasajeros, que logran
entrar en la misma posada. Son personas de una sola familia, que la
obligación del padre hizo sentar a la misma mesa.” Papéis
avulsos
– Machado de Assis
Me
detuve, inmóvil como una pálida estatua, por casi un segundo, al
ver que encontraba sin querer exactamente lo que buscaba. Era el 28
de octubre del 2011, las siete en punto de la noche y yo salía de un
salón donde fui a arreglar mi pelo para inaugurar, a las ocho, en el
Centro Cultural Brasil-República Dominicana, la pieza teatral “El
visitante”, de la escritora brasileña Hilda Hilst, bajo la
dirección del cubano Orestes Amador, quien logró crear una hermosa
sinfonía de voces y gestualidad corporal de cuatro actores jóvenes
dominicanos: Indiana
Brito, Wilson
Ureña, Cindy Galán e Iván Aybar.
La
pieza sería presentada en la entrada y la parte central de la casa
que perteneció al poeta, abogado y diplomático dominicano Enrique
Henríquez, donde hoy funciona el centro cultural. Para disfrutarla,
el público pasaría la mayor parte del tiempo apoyado en la bella
escalera de caoba que domina en vertical todo el centro del edificio.
Pocas eran las sillas que cabían en el primer piso, además de una
gran mesa blanca y cuatro banquetas: el escenario de la pieza
presentada como “teatro sin tarima”, casa de los personajes Ana,
María y su marido. A fin de contribuir con la comodidad del público,
el director me solicitó cuatro banquetas de bar. A última hora,
¿dónde iría yo a conseguir las banquetas? Caminando por Gazcue en
la tarde se me ocurre pedirlas prestadas al amigo, chef y propietario
del Restaurante Louis Philippe, quién me autoriza a buscarlas a las
siete de la noche.
Volvamos
al salón, en la Avenida Pasteur, de donde salgo pensando cómo voy a
transportar las banquetas. A pie, cuatro personas podrían muy bien
caminar dos cuadras y media. Pero lo ideal sería encontrar una
camioneta. El clic que me transforma en una perfecta estatua se da en
mí cuando, al salir del salón, veo a dos autos parqueados frente a
un colmado: una jeepeta, de lujo, con un gran baúl; y una camioneta.
Sin saber, el clic era un mensaje de Dios, quien me había enviado a
su propio hijo para salvarme. Me explico: entro en el colmado y
pregunto si el vendedor conoce a los dueños de estos vehículos. Él
me dice que sí, que uno de ellos estaba jugando dominó en la acera.
Al llamarlo, entra un señor con una carota bien seria. Yo,
intentando ser simpática, sonrío: no sé si usted trabaja con
transporte… necesito urgente llevar cuatro banquetas del
restaurante hasta el centro cultural… son menos de tres cuadras…
El señor me dice que no, no trabaja con transporte. Peeeeeeero, que
si uno de los muchachos del dominó, que es chofer, se encargara de
transportarlas, le prestaría la llave. Me presentan a Jesús (ahí
entra el hijo de Dios en la historia, quien me ha salvado junto al
Todo Poderoso encarnado en el dueño de la camioneta). Sin saber su
nombre, ni que hablaba con un verdadero hijo de Dios, le explico la
situación. Él dice que sí, me ayudaría, y nos vamos los dos
transportando las banquetas. En el camino, nos presentamos mejor.
Llegamos
al parqueo del CCB. Orestes Amador, eléctrico como siempre, empieza
a bajar las banquetas antes de que yo me desmontara. En aquél
momento, yo estaba ofreciendo una propina a Jesús, “para que
tomara un par de cervezas”, pero él, haciendo gala de la
legendaria simpatía y desprendimiento del dominicano, rechazó: “no,
no es necesario”. Bueeeeeeeno, le digo, yo le invito a usted y sus
amigos, o novia si tiene, que pasen por acá para ver la pieza o
brindar más tarde una cervecita Brahma, que nuestro patrocinador
Ambev Dominicana nos ofreció para celebrar estas noches de teatro.
Jesús
nunca fue a ver la pieza, tampoco a tomarse la cerveza. Me pregunto:
¿Jesús no bebe cerveza?
La
pieza de teatro “El visitante” de Hilda Hilst, luego del estreno
en el CCB-RD, con el apoyo de la Embajada de Brasil, BanReservas e
Instituto Hilda Hilst, fue seleccionada por el jurado del Festival
Nacional de Teatro Santo Domingo 2012
y será puesta en escena en el Palacio de Bellas Artes en junio del
presente año.
Visita
mi blog “Fluxus”: http://cristianegrando.blogspot.com
Cristiane
Grando
Escritora
y traductora (portugués/español/francés)
crisgrando@gmail.com
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